
La depresión podría estar ligada a tu sistema inmune
Amet mauris lectus a facilisi elementum ornare id sed sed aliquet dolor elementum magnis quisque id ultrices viverra cursus nunc odio in egestas consectetur cras consequat sodales netus pretium feugiat nulla semper senectus bibendum ornare sit adipiscing ut atid viverra donec nunc, donec pulvinar enim ac habitasse fermentum amet praesent atac elementum id sed nibh diam ultrices nibh enim volutpat varius et est sed vestibulum neque.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat.
Vitae congue eu consequat ac felis placerat vestibulum lectus mauris ultrices cursus sit amet dictum sit amet justo donec enim diam porttitor lacus luctus accumsan tortor posuere praesent tristique magna sit amet purus gravida quis blandit turpis.

Ornare sit adipiscing ut atid viverra donec nunc, donec pulvinar enim ac habitasse fermentum amet nunc praesent atac elementum id sed nibh diam ultrices nibh enim volutpat varius et est sed vestibulum neque.
Amet mauris lectus a facilisi elementum ornare id sed sed aliquet dolor elementum magnis quisque id ultrices viverra cursus nunc odio in egestas consectetur cras consequat sodales netus pretium feugiat nulla semper senectus bibendum.
“Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui offi.”
Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur. Excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum.
Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat.
La depresión mayor no es solo un trastorno cerebral aislado, sino una condición sistémica donde el sistema inmune juega un rol protagonista comparable a la química neuronal. Investigaciones recientes demuestran que alteraciones inmunológicas, como inflamación crónica y cambios en células específicas, podrían explicar síntomas persistentes en millones de personas.[3][8]
Este enfoque transforma el paradigma tradicional centrado en neurotransmisores como la serotonina, incorporando evidencia de activación inmune que cruza la barrera hematoencefálica y afecta el cerebro directamente. En este artículo, exploramos los antecedentes científicos, datos clave de estudios actuales y análisis de posibles tratamientos, optimizando la comprensión de la **depresión y sistema inmune** para un público amplio.
Desde hace décadas, científicos observan vínculos entre depresión e inflamación de bajo grado. Estudios iniciales identificaron niveles elevados de citocinas proinflamatorias, como interleucina-6 (IL-6) e interleucina-1 (IL-1), en pacientes depresivos, similares a patrones en enfermedades autoinmunes.[2][4]
El eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), regulador del estrés, se desregula en la depresión, elevando cortisol y reduciendo serotonina, pero las citocinas inmunes modulan este eje. Esta interacción explica por qué el estrés crónico, como pérdidas laborales o traumas infantiles, desencadena depresión a través de inflamación sistémica.[4]
Pacientes con hepatitis C o artritis reumatoide desarrollan depresión frecuentemente durante tratamientos con interferón, que activa el sistema inmune. Estas observaciones pioneras sugirieron que las citoquinas proinflamatorias alteran el metabolismo cerebral, induciendo anhedonia y fatiga.[4]
Un estudio del CONICET en Argentina analizó el sistema inmune de pacientes con depresión en distintas etapas, comparándolos con controles sanos. Encontraron un aumento significativo de monocitos no clásicos e intermedios, junto con activación de linfocitos T CD4 y marcadores de agotamiento.[1]
Sorprendentemente, identificaron tres subgrupos inmunológicos distintos mediante análisis de clústeres, con precisión elevada para clasificar pacientes vía marcadores celulares en sangre. Esto abre puertas a diagnósticos basados en análisis sanguíneos, complementando evaluaciones clínicas.[1]
Investigaciones en ratones expuestos a estrés crónico revelan que neutrófilos liberados de la médula ósea craneal se acumulan en las meninges, capa protectora cerebral. Estos neutrófilos persisten post-estrés, correlacionándose con comportamientos depresivos.[5]
Además, niveles elevados de sTREM2 e IL-17A indican neuroinflamación, mientras que células T reguladoras CD4+CD25+FOXP3+ aumentan como respuesta compensatoria antiinflamatoria.[1]
Harvard y otros centros proponen un subtipo de **depresión inflamatoria** tratable con antiinflamatorios. Ensayos clínicos muestran que estos fármacos reducen síntomas y anhedonia en pacientes con inflamación elevada, superando antidepresivos convencionales en subgrupos específicos.[2]
La Dra. Najaf Amin, pionera en genética, identifica metabolitos y genes como RCL1 vinculados a depresión sistémica, involucrando astrocitos y microbioma intestinal. Su modelo holístico integra inmunidad, estrés oxidativo y factores ambientales para intervenciones personalizadas.[7]
Ansiedad e insomnio reducen linfocitos NK (natural killers), debilitando el sistema inmune y favoreciendo depresión. Estudios en mujeres estudiantes confirman menos células NK en sangre con estos síntomas, aumentando riesgos de cáncer y trastornos mentales.[6]
Estos datos subrayan la urgencia de integrar perfiles inmunes en psiquiatría, especialmente ante el auge post-pandemia de estrés crónico.
La conexión **depresión sistema inmune** implica un cambio de paradigma: de fármacos serotoninérgicos a terapias dirigidas como inhibidores de IL-6 o moduladores de monocitos. Biomarcadores como monocitos no clásicos o sTREM2 permiten estratificar pacientes, prediciendo respuestas a antiinflamatorios versus psicoterapia.[1][2]
Estilos de vida antiinflamatorios –ejercicio, dieta mediterránea, sueño reparador– emergen como coadyuvantes, reduciendo citocinas y fortaleciendo ejes HPA. Sin embargo, faltan ensayos grandes para normalizar selección por inflamación.[2]
Aunque prometedores, estudios en ratones necesitan validación humana, y variabilidad genética complica subtipos. Próximos pasos incluyen modelos causales integrando genética, microbioma y ambiente.[7]
La depresión ligada al sistema inmune redefine esta patología como enfermedad sistémica, con subtipos tratables vía inmunomodulación. Integrar análisis sanguíneos y terapias personalizadas podría revolucionar el manejo, reduciendo sufrimiento global y mejorando pronósticos.